Primero hice una lista de palabras malsonantes en los poemas:
Urda.
Denotarlo.
Vociferar.
Fanfarria.
Alegórico.
Cacto.
Exclusivamente.
Derramarse.
Tolstoiano.
Percibiré.
Belfo.
Al llegar a este punto, me di cuenta de que lo que no debía hacer era-es: leer a Alberto Girri.
Rompí mis papeles y me puse a limpiar el polvo, frenéticamente.
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