martes, 2 de octubre de 2007

NIÑO ÍNDIGO






La mirada del explorador.


NIÑO ÍNDIGO.



Debajo del ruido y de la noche
una amenaza de cristalizado silencio;
debajo de la lengua
una duda de eternidad.

Todo lo que digo,
todo lo que hago
me lo cuestiono.
Todo me lo pregunto:
¿Por qué así y no de otra manera?

La vida es
cualquier lugar
que sabe a humus.

El arte se sostiene
en la obstinada presencia
de la aspereza de nuestra convicción.

Trampas que amanecen.

Hay un saldo deudor en el paisaje
que instala una pena
circular y abstracta.

¿Para qué despertar al perro añil
presentido en la infancia?

La sangre del crepúsculo está ardiendo.