CALAMIDADESLa espiga de la calamidad me ha derrotado.
Uno se apropia de lo ajeno perdiendo lo suyo
que es el propio propio,
su piélago de desdicha en las trincheras.
La vicisitud de pisar el suelo que piso
donde ya no es posible
que se evada la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario