viernes, 19 de octubre de 2007

SONIDOS


SONIDOS



Me asusta escuchar.

Esta mudez que me roe es proverbial.



Lo mío es callar y no salir de casa.

Quedarme agonizando en el ático

acurrucada en posición fetal.



Retumban los estrépitos de la sombra,

más no los percibo.


Acaso esté sorda sin tu presencia ausente.

Acaso esté muerta

desde la noche en que te di muerte



con mi mudanza al silencio.

PRIMITIVA





PRIMITIVA




Alucinaciones musicales.

Demonios de mí misma.




Los dioses me dictan poemas
desde el centro de la tierra.



Escribo



una vez más, sobre el vidrio pintado,

fragmentos de mi otoñal ceguera.

lunes, 15 de octubre de 2007

SILENCIO



SILENCIO




EL silencio debiera ser femenino.




¿Mejor relámpago que eclosión?

¿Destello efímero o ruido manifiesto?




Un murmullo va y viene.

Lo que permanece es la recurrencia de la soledad.



Connubio de mujer frente al masculino: Consuélame.

FARALLÓN


FARALLÓN




Farallón que calma mis pensamientos.

Farallón.



La curvatura del tiempo,
elípticamente,
retuerce el secreto de los volcanes
ante tu honda boca gimiente



pero mi barca se aferra a los recuerdos
como un ancla en tierras pantanosas.


Una ausencia, farallón,

está por desaparearse para siempre,

en brazos de tu codicioso



despeñadero de clausura.

SÍSMICA





SÍSMICA.


¿Qué fue primero:

la lava o el volcán?

Cuenta la tradición de la isla
que si alguien avanza por el cráter del Stromboli
un frío mediodía de enero,
llega al centro de la tierra.

Si todavía le queda aliento
cuando descubre su sombra en el magma
y sigue caminando, entre cenizas,
sin mirar atrás (por no petrificarse),
encontrará a su doble
bañándose en las inmundas aguas
del Río de la Plata,
vomitando fuego.

Y es la misma montaña rediviva.