lunes, 15 de octubre de 2007

SÍSMICA





SÍSMICA.


¿Qué fue primero:

la lava o el volcán?

Cuenta la tradición de la isla
que si alguien avanza por el cráter del Stromboli
un frío mediodía de enero,
llega al centro de la tierra.

Si todavía le queda aliento
cuando descubre su sombra en el magma
y sigue caminando, entre cenizas,
sin mirar atrás (por no petrificarse),
encontrará a su doble
bañándose en las inmundas aguas
del Río de la Plata,
vomitando fuego.

Y es la misma montaña rediviva.

jueves, 11 de octubre de 2007

VIAJEROS.



Imagen extraída del blog:

http://viajerosthemovie.com/viajeros_blog.html




VIAJEROS.



A su pesar se unen los viajeros.
Comparten la bebida,
se saludan, se equivocan,
prometen horas felices.
Se tocan con húmedas entrañas.
Galopes de jinetes cabalgan por su lengua y sus escudos.
Duermen bajo las estrellas.



La nave zarpa mañana.
No volverán a verse.



El recuerdo queda lejos
en un territorio nunca más evocado.

martes, 9 de octubre de 2007

MIRADAS


MIRADAS.




Aprender a decir la palabra innombrable.


Aprender a llorar la lágrima fidedigna.


Aprender a contemplar al cielo.


Aprender a mirar dentro de lo oculto.



¿Quién afrontará las olas de estas aguas sin dique al mar?

¿Quién podrá escapar de la divina trampa del que habla el idioma que desconozco?



La sentencia fue dictada entre preces y libaciones del pueblo.


Mi hora del silencio es aquí y siempre.

domingo, 7 de octubre de 2007

CALAMIDADES





CALAMIDADES


La espiga de la calamidad me ha derrotado.

Uno se apropia de lo ajeno perdiendo lo suyo




que es el propio propio,



su piélago de desdicha en las trincheras.





La vicisitud de pisar el suelo que piso

donde ya no es posible

que se evada la muerte.

sábado, 6 de octubre de 2007

EL PESO DE LA VOZ





EL PESO DE LA VOZ.


Peso cada palabra.
La evalúo.

Hago fragua de ella.
La huelo.

Mido sus tiempos y su ritmo sinfónico.

La declaro deidad tramada en engaño.
Acaricio su perfecto cuerpo de luchadora sin torso,
ni pies
ni puños cerrados.

Me desvío y
me rindo hasta confesarme de miedo ante los leones de su majestad sinuosa.


Quiebro el mutismo para entrar en el silencio.